MONICIÓN DE ENTRADA
Celebramos hoy el segundo domingo de Pascua, Domingo de la Divina Misericordia del Señor.
Hoy, con mucha alegría y gozo nos reunimos nuevamente para celebrar la Pascua de Cristo, la Resurrección del Señor. Como las primeras comunidades cristianas, lo reconocemos presente en medio nuestro
Con alegría nos ponemos de pie y cantamos...
SALUDO INICIAL
MONICIÓN A LA ASPERSIÓN CON EL AGUA
Por el Bautismo, entramos en la Vida Nueva de Jesús Resucitado. Ahora, con la aspersión del agua, le pedimos que renueve en nosotros su gracia salvadora.
Cuando el sacerdote pase a nuestro lado, en señal de respeto, inclinemos un poco nuestras cabezas y pedimos perdón al Señor.
GLORIA
ORACION COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LAS LECTURAS
La primera lectura, describe cómo los primeros cristianos intentaron ser una comunidad de fe. Oraban juntos, compartían en la eucaristía, y se preocupaban por los necesitados entre ellos…verdadero ejemplo para toda comunidad cristiana.
San Pedro en la segunda lectura, nos hace una reflexión sobre lo que significa estar bautizado. Nuestra fe y confianza en Jesús, animan nuestra espera hasta que vuelva de nuevo.
Escuchemos.
MONICIÓN AL EVANGELIO
El Evangelio, nos habla de cómo Tomás, sin ver, le costaba creer en Jesús Resucitado.
Aclamemos al Evangelio con el jubiloso canto del Aleluya.
De pie.
HOMILÍA
CREDO
PLEGARIA UNIVERSAL (de la Hojita Dominical)
LITURGIA EUCARÍSTICA
MONICIÓN DE OFRENDAS
CANASTA DE VIVERES
La mejor ofrenda es una fe viva y llena de buenas obras. Que estos dones que presentamos sean símbolo de nuestro deseo de servirlo, al compartir con quienes lo necesitan.
COLECTA
SANTO
PADRE NUESTRO
SALUDO DE PAZ
CORDERO DE DIOS
MONICIÓN DE COMUNIÓN
La comunión es la fracción del pan eucarístico. Es Jesucristo, el pan que se parte y reparte. No lo vemos con los ojos. Pero la fe nos lleva a decir: ¡Señor mío y Dios mío!
ACCION DE GRACIAS
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
- Por los siglos de los siglos.
DESPEDIDA